El día 14-3-20, debido a la crisis sanitaria por el Covid-19, se estableció el estado de alarma y comenzó la situación de confinamiento.
Desde ese momento, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias adoptó una serie de medidas. No se permiten las comunicaciones familiares y la entrada del voluntariado que desarrolla diferentes programas de apoyo, y se han suspendido la mayor parte de las actividades y las salidas diarias o de permiso de los internos e internas. Para paliar algunas de las consecuencias de estas órdenes, desde la Dirección del Centro Penitenciario se han tomado medidas para favorecer que las personas que se encontraban en régimen abierto puedan permanecer de manera continuada en los domicilios familiares o en el piso de acogida, o se han aumentado el número de llamadas telefónicas que pueden realizar los internos e internas. Hasta el momento, en el Centro Penitenciario sólo se ha registrado un interno afectado por el Covid-19.
En los pisos de acogida, siguiendo las instrucciones de la Diputación, se ha procedido a ubicar en uno de ellos a los residentes de otro recurso y a las mujeres del piso de ADAP (Asociación de Ayuda a las Personas Presas). Se ha cerrado también el Centro de Día, que atendía a internos que disponían de salidas diarias de prisión.
El colectivo de personas que cumplen una pena privativa de libertad no debería ser olvidado, sino que por su situación de vulnerabilidad (en gran medida personas procedentes de ámbitos de exclusión social, padeciendo diversas patologías físicas y mentales, con adicciones, con un bajo nivel educativo o formativo, etc.), tendría que ser especialmente tenido en cuenta y deberían adoptarse cuantas medidas sean posibles para paliar su aislamiento. No olvidamos a las personas que salían diariamente a los pisos de acogida o con permisos de segundo grado y que en estos momentos permanecen en prisión. Nos llaman por teléfono y nos comunican que tienen suspendidos sus permisos o que se encuentran en los módulos de Sección Abierta esperando “que todo se solucione”. No olvidamos a sus familiares, que en estos momentos no pueden visitarles y que sienten mutua preocupación por la crisis sanitaria y por el estado de salud que pueden tener internos, internas y sus allegados.
Las personas privadas de libertad siguen formando parte de la comunidad. Deseamos que la situación de alarma y la crisis sanitaria pase lo antes posible y que esas personas puedan acceder nuevamente a las salidas diarias de prisión y a los servicios y prestaciones que ofrecen los pisos de acogida en Vitoria-Gasteiz. En su caso, se deberían reforzar los recursos y servicios de acogida, y los programas de apoyo existentes.
El Equipo Educativo de los pisos de acogida para personas privadas de libertad se reafirman, desde el compromiso profesional y personal, a trabajar con responsabilidad y con cuanto esfuerzo sea necesario para superar la actual situación de crisis sanitaria. Así mismo, se comprometen a colaborar y cooperar en la ejecución de las medidas que adopten las Instituciones para atender a los colectivos de personas más desfavorecidas de nuestra sociedad en estos difíciles momentos.